miércoles, 18 de abril de 2007

La Vida es una Ruleta

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Hoy, después de la pega llamé a la Dani, una de mis mejores amigas. En el Hospital donde está haciendo la práctica una enfermera se había pinchado con una jeringa luego de haberle sacado sangre a un hombre contagiado de SIDA. La enfermera en cuestión tiene 25 años y deberá soportar la angustia por algunos meses hasta saber definitivamente si se contagió o no. La Dani estaba choqueada.

Nos fuimos a tomar algo a un pub. Ella pidió un Daikiri Frutilla (siempre pide cualquier cosa con jugo de frutas, sombrilla y/o bombilla) y yo mi tradicional Stolichnaya con tónica. Conversamos un rato, y de repente aparece una ex que es un cuento aparte. La saludo y le pregunto por su vida, me porto muy educado y relajado (pues estoy relajado). La verdad es que no hablábamos casi desde que terminamos, lo cuál para ser honesto no me complica en lo más mínimo. Bueno para ser exacto, no hablamos desde que me agarró a garabatos un día de semana que me llamó como las 6 de la mañana, sin ninguna razón lógica (por algo no duramos mucho). Se sienta con su amiga, en la mesa de al lado.

La Dani se termina su daikiri y yo mi 2X1. Nos vamos por un último trago en otro local, al pasar por afuera del Cuernavaca veo a una ex-compañera de curso del colegio. Entro a saludarla. Está con otras 6 amigas de su trabajo celebrando el cierre del mes. Ella vende seguros de vida con ahorro (una muy buena inversión para los profesionales jóvenes, yo tengo uno aunque en otra compañía). La Dani conoce a una de sus colegas y se ponen a conversar. Yo converso con mi ex-compañera, sus amigas hacen comentarios simpáticos, una me da una mirada algo jote (o puede ser mi imaginación). Nos preguntamos por nuestra actual situación y pegas, nos ponemos al día respecto de los ex importantes. Le entrego mi tarjeta de presentación a condición de que no me llame para venderme seguros y ella me pasa la suya para que se la entregue a alguien que pueda estar intresado en contratar un seguro. El momento resulta gracioso, así es la vida.

Nos vamos con la Dani a otro local, último trago y ella se va a estudiar, yo decido darme una vuelta por el Casino, después de cómo 3 meses de mi última visita. Mientras camino al casino, llamo a una amiga para saber si se pasó algún rollo extraño o qué, pues la he sentido extraña últimamente. Todo en buena onda y quedamos en tratar de vernos el Viernes. Llego a la casa de la perdición, juego algo de ruleta y pierdo plata. Voy al Canal 21 (una especie de Black Jack) me recupero. Vuelvo a la ruleta y empiezo a perder nuevamente. Porfío en apostarle a los mismos números, entre ellos, el 29 (día de mi cumpleaños). Cuando me voy quedando sin fichas sale el 29 y yo tengo fichas en el número y alrededor. En resumen, y en total, termino ganando 95 lucas sobre el capital invertido. ¡95 lucas!

¿Y ahora cómo me voy para la casa? Ni pensar en tomar una micro. Todavía me ronda en la cabeza la experiencia de haber sido asaltado, encañonado y amenazado con cuchillo el año pasado a media cuadra de mi casa. Pesco el teléfono y llamo a la Dani que vive como a 3 cuadras, le explico la situación y le pido si me puede llevar en auto a mi casa. La Daniela tiene súper buena disposición y me pasa a buscar. Nos vamos conversando, ella llama a auna colega/amiga por teléfono para pregunta que significa una "ablución a la primera falange" o algo por el estilo, conversamos el resto del camino hasta llegar a mi casa.

Abro la puerta mientras pienso que tengo un título para la próxima entrada de mi blog: "La Vida es una Ruleta".

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